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Dentro de las ya clásicas luchas judiciales con enormes sumas como indemnización, el último aprieto de Microsoft conlleva no sólo una cuantiosa suma, unos $290 millones de dólares, unos 203 millones de euros, sino la prohibición de vender su popular tratamiento de textos Word en Estados Unidos. La raíz del problema viene de una demanda por parte de la firma canadiense i4i, basada en una patente relacionada con el empleo de la tecnología XML (Extensible MarkUp Language) como mecanismo para almacenar los datos.
El formato XML hace que el etiquetado del tratamiento de textos tenga un formato muy universal, lo que facilita que el mismo fichero pueda ser tratado por diferentes programas, conservando su estructura básica sin cambios. Así que no se pierden las marcas clásicas, como negrita o cursiva, salto de página o nota al pié, al usar un tratamiento de textos distinto del que originó el texto. Los ficheros XML tienen una estructura de texto plano, con las marcas claramente identicazas en su interior, con lo que es fácilmente manipulable desde cualquier sistema operativo y procesador de textos, sin más que conocer las claves empleadas.
La empresa i4i demandó en marzo de 2007 Microsoft alegando que la firma americana violaba su patente No. 5,787,449 de 1998, sobre un sistema de documentos que elimina la necesidad de incrustar manualmente códigos de formato en el texto. La patente hablaba sobre una herramienta para "manipular la arquitectura y el contenido de un documento por separado unos de otros", e indicaba como medio para realizarlo XML. En mayo de este año el juzgado dictó una sentencia condenatoria contra Microsoft con una indemnización de 200 millones de dólares que la apelación y los intereses han elevado la cifra hasta los 290 millones de dólares.
Ahora el juez Leonard Davis de distrito este de Texas ha dictado un mandato judicial que “prohíbe a Microsoft vender o importar a los Estados Unidos cualquier producto Microsoft Word que tenga capacidad para abrir ficheros .XML, .DOCX o DOCM (ficheros XML) que contengan XML personalizado". Lo cual afecta tanto a las versiones 2003 como 2007 del popular procesador de textos. Resulta difícil concebir cómo logrará Microsoft prescindir de uno de sus pilares en cuanto a ingresos, ya que la sentencia indica que en un plazo de 60 días la empresa debe cumplir con los términos y prohíbe “probar, demostrar o vender los productos Word que tengan la imputada característica XML”.
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